lunes, noviembre 11, 2013

Santiago de Cuba en los versos de Reinaldo García Blanco

Opus ciudad, un poema de Reinaldo García Blanco dedicado a Santiago de Cuba, acaba de ser publicado en una plaquette que se dio a conocer bajo el sello de Ediciones Vigía, en la provincia de Matanzas.
“Este texto presenta un panorama de esa ciudad desde su fundación hasta nuestros días; es la manera que hallé de alabarla, para hacer énfasis en sus luces, pero también para desde la poesía ayudar a salvarla de los miedos, de las frustraciones, de muchas cargas negativas que hoy la asedian”, confesó el escritor durante la presentación de la plaquette en Vigía.
“No nací en Santiago pero en Santiago he vivido durante más de veinte años, he echado raíces, y sentía que necesitaba decir todo esto, aunque también debo aclarar que el poema puede tomarse como una metáfora que se refiere no solo a Santiago sino también a cualquier ciudad, al país entero, en estos tiempos que corren”.
Premio de poesía América Bobia 2012, certamen anual convocado por Vigía, Opus ciudad fue editado por Estela Ación y cuenta con diseño y dibujos de Marialva Ríos, que para la realización de esta plaquette empleó cartulina, servilletas y papeles blanco, craff y ecológico de diferentes texturas y gramajes.
Reynaldo García Blanco (Sancti Spíritus, 1962), quien reside en Santiago de Cuba, es un destacado poeta cubano con numerosos libros de versos publicados, entre los que se hallan Perros blancos de la aurora (1994), Abaixar las velas (1994), Reverso de la foto dossier (2000), País de hojaldre (2004) y Campos de belleza armada (2007). Ha recibido importantes premios de poesía como el José María Heredia, Pinos Nuevos, Calendario y La Gaceta de Cuba. Mereció además la Distinción por la Cultura Nacional.
Reinaldo había ganado el América Bobia en 1994 con el texto “Adiós naves de Tarsis”, publicado un año después en la propia Vigía, casa editora a la que este autor confiesa encontrarse muy vinculado a través del tiempo.
“Además de estas dos plaquettes, en varias ocasiones Vigía también ha dado espacio a mis poemas en su revista y, por otro lado, en los primeros años de esta editorial, en la época en que dirigía Alfredo Zaldívar, participé frecuentemente en recitales y eventos diversos que se organizaban aquí”.
“Por cierto, recuerdo que cuando venía para acá, siempre que me resultaba posible traía un poco de papel craft que lograba resolver en la farmacia de Sancti Spíritus —donde vivía entonces— o cualquier otro tipo de papel que fuera de utilidad a la editorial”.
Fundada en 1985, Ediciones Vigía se caracteriza por producciones totalmente manufacturadas, esgrafiadas, confeccionadas con papeles de desecho, materiales rústicos, iluminadas a mano y en tiradas de doscientos ejemplares. Es tan peculiar el diálogo entre texto y diseño gráfico, que sus libros se convierten en objetos de arte codiciados por instituciones públicas o coleccionistas privados del mundo.
Tras la presentación de Opus ciudad, se dio a conocer el resultado del premio América Bobia 2013, que le fue otorgado al poema “Zoológico”, de Isván Álvarez Herrero. Se le entregó una mención especial un texto de René Reyes López, y menciones a obras de José Luis Santos Muñoz, Erián Peña Pupo y Elizabeth Soto Pérez.

Resultados del premio de poesía América Bobia 2013

El poema “Zológico”, de Isván Álvarez Herrero, recibió el premio América Bobia 2013, entre los cerca de 60 textos que participaron en este certamen, convocado anualmente por Vigía, casa editora radicada en la ciudad de Matanzas.
“Zológico” cuenta con un intenso discurso poético, resumen de ansiedades, memoria y con una amplitud referencial sobre el contexto contemporáneo, según en el acta del jurado que integraron Reinaldo García Blanco —ganador de la anterior edición del certamen—, Mirna Figueredo y Hugo Hodelín Santana.
En esta vigésima octava edición del premio América Bobia se le entregó una mención especial al poema “Aseveraciones”, de René Reyes López, y menciones a: “Corazón de Jesús traído por Reina María”, de José Luis Santos Muñoz; “Puerta para huir de la casa”, de Erián Peña Pupo, y “Yo era de Polonia”, de Elizabeth Soto Pérez.
Tras informarse el resultado en una actividad literaria organizada por Vigía, se dio a conocer una plaquette con el texto ganador del premio el pasado año: “Opus ciudad”, de Reinaldo García Blanco, concebido como un homenaje a la ciudad de Santiago de Cuba.
Al realizar la presentación del mismo, el poeta y editor Alfredo Zaldívar dijo que el poema no se quedaba solo en esa ciudad, sino que se convertía además en una especie de metáfora que abarcaba a todas nuestras ciudades, a toda nuestra Isla.
En su intervención, Zaldívar se refirió asimismo a la importancia de que mediante este certamen literario se recordara a América Bobia, poetisa matancera no reconocida lo suficiente en la actualidad, a pesar de contar con una obra significativa recogida en sus libros Ofertorio. Devocionario lírico (1928), El trémolo se aleja (1935) y Arquero del zodíaco (1945).


Caza Mayor inaugura colección policíaca de Letras Cubanas

Caza Mayor, la última novela de Rubén Vázquez (Matanzas, 1940), ha sido el libro con el que la editorial Letras Cubanas ha inaugurado recientemente la colección El Tiro, que se dedicará a la literatura policial.
“Me parece una buena idea esta colección que particulariza la producción literaria policiaca, lo cual resulta beneficioso para los escritores —que cuentan así con un espacio específico de publicación, sin dudas un aliciente— y para el público, que puede visualizar mejor este tipo de obras, habitualmente muy esperadas”, estimó el autor.
La trama de Caza Mayor se desarrolla en la provincia de Matanzas, en 1995, durante el llamado periodo especial, a partir del asesinato de dos muchachas por un hombre que descubre que solo así, con violencia, supera el trauma sexual que él padece y puede tener relaciones óptimas —por su parte, claro está— con las mujeres. Ambos crímenes desatan las pesquisas, que son guiadas por Manolo, el investigador policial, quien tiene que moverse en un mundo marginal.
Después de ganar el premio de cuento del concurso policial del MININT en 1977, Rubén Vázquez se colocó entre los más conocidos escritores cubano del género durante la década de los ochenta, cuando dio a conocer numerosos títulos, entre los que se encuentran las novelas El caso Ivonne Isabey (1980), Aventura peligrosa (1982) y La venganza del muerto (1983). Tras la publicación de Caza Mayor, son ocho los libros con que cuenta en su currículo, dos de cuentos y los demás novelas.
“Escribir Caza mayor fue difícil. Ha sido común en el proceso de escritura de mis novelas que comiencen con una primera escena donde se describe un crimen. Es como un pie forzado, a partir del cual fluye de inmediato el resto de la trama. En Caza Mayor no ocurrió así. Después que concluí esa escena inicial me trabé. Yo insistía e insistía pero qué va, no me salió una sola letra más. Aquello se me había enfriado. Estamos hablando exactamente de 1993.
“Hay una explicación. En aquel momento, pleno Período Especial, en medio de tantas dificultades materiales como había, yo me encontraba realmente contra la pared y no hallaba ninguna manera para sostener económicamente la vida de mi familia. Era un verdadero reto de vida o muerte lo que entonces enfrentaba el cubano. Todo mi tiempo, toda mi cabeza, se concentraba en pensar, en tratar de resolver esa situación vital. Cuando encontraba un espacio libre y me sentaba a escribir, es lógico que estuviera agotado, sin fuerzas.
“El modo que hallé para sobrevivir fue alquilando mi carro en Varadero, boteando. Pero eso entonces estaba prohibido, había que hacerlo por detrás del telón, y yo lo hacía ilegalmente, no me quedaba más remedio, pero siempre con un susto tremendo, en cualquier momento me podían sorprender como sorprendían a muchos a cada rato. Permanecí boteando cinco o seis años en total.
“Caza Mayor andaba conmigo en esos avatares, de un lado a otro, quiero decir, dentro de mí, dentro de mi cabeza. Al escritor su obra lo persigue a todas partes, esté donde esté, sea en la playa divirtiéndose o conduciendo sigiloso una máquina de alquiler como yo. No lo deja tranquilo hasta que la logra plasmar en una cuartilla, en un libro.
“Pienso que la demora fue beneficiosa para la novela. La volví a pensar, até cabos sueltos y lo más significativo fue que mientras boteaba entré en contacto con el mundo marginal. Hasta entonces no lo conocía tan bien y era el ambiente en que se desenvolvía mi historia. Conocí jineteras, proxenetas, negociantes y otros elementos. Conocí al detalle sus modos de actuar y de vivir, sus maneras de expresarse, sus luces y sus sombras”.
En estos momentos, Rubén Vázquez redacta una nueva novela, aunque “muy lentamente, no al ritmo que quisiera”, debido al escaso  tiempo libre que le dejan algunas complicaciones familiares que tiene y su labor de siempre, la de optometrista, profesión de la cual se graduara en 1969 y que sigue ejerciendo actualmente en un policlínico y un hospital de la ciudad de Matanzas.

Reúnen prosa ‘reflexiva’ de la Avellaneda

Un volumen que reúne la prosa ‘reflexiva’ (ensayos, artículos, crítica literaria, semblanzas e impresiones de viaje) de Gertrudis Gómez de Avellaneda será dado a conocer por Ediciones Matanzas, como parte del homenaje que a lo largo del país se le realizará a esta importante escritora cubana, en ocasión de conmemorarse el próximo año el bicentenario de su nacimiento.
“Gómez de Avellaneda, figura clave del romanticismo femenino cubano, llega al presente mediante un carácter y un tono de prosa dinamizado por una tensión intrínseca distinta, que traza una voz autoral peculiar de mayor conceptualización y mucho menos ambigua en relación con sus textos de intención artístico–literaria”, afirma en el prólogo la investigadora Cira Romero, especialista del Instituto de Literatura y Lingüística, quien estuvo a cargo de la compilación de los materiales que dan cuerpo a este libro.
“Pero —continúa Cira— no se trata de que estemos frente a otra Tula —siempre fue la misma—, sino de cara a otro modo expresivo, pues muchas de las ideas vertidas en los trabajos que se agrupan en este volumen pueden ser verificadas, mediante otro lenguaje, en sus obras, sobre todo las de carácter narrativo; o a la manera de citas eruditas en textos como su leyenda “La flor del ángel”, donde coloca una de la obra Los amantes de Teruel, de Hartzenbush. Creo que en el caso de esta autora, su ejecutoria en la prosa no fictiva, sea ensayística o crítica, no debe asumirse como un hecho colateral, sino intencional, programático.”
El libro recoge un total de 24 textos, nunca recopilados por la autora, y la mayoría aún dispersos en las publicaciones periódicas donde colaboró. El tema más recurrente en ellos es el de la mujer, como en sentido general lo fue también en la producción de la Avellaneda en los demás campos literarios que frecuentó: poesía, teatro, novela, epistolario, autobiografía...
Esta preocupación es evidente en “La mujer” y en “Luisa Molina”, los dos ensayos que se incluyen en la recopilación. En el primero aborda la situación a nivel social; en el segundo, profundiza en el quehacer de Luisa Molina, menospreciada poetisa matancera, la cual le sirve a la vez como ejemplo específico de la marginación del sexo femenino desde diversos puntos de vista.
Se presentan además dos artículos: “Lo bueno y lo bello” y “Situación actual del artista”, en tanto en la sección de crítica literaria se incluyen siete materiales, en su momento casi todos prólogos de libros, y entre los que destacan los dedicados a las Poesías, de Luisa Pérez de Zambrana, y Viaje a La Habana, de la condesa de Merlín.
Particular interés revisten también las semblanzas de doce mujeres célebres, que van desde una escritora como Safo hasta Semíramis, reina de Babilonia, y  Santa Teresa de Jesús. Mientras se le ve recorrer sus vidas, su quehacer, se nota el interés de la autora por luchar contra la condición subalterna que se le reservaba a la mujer.
Por último, se pone a disposición del lector impresiones de viajes: “Mi última excursión por los Pirineos”, texto que precede a los anexos en los que se incorporan visiones contemporáneas acerca de la prosa ‘reflexiva’ de la Avellaneda: “El discurso crítico de la Avellaneda: fantasma ilustre de la historiografía literaria cubana” y “Estrategia y propuesta de un periodismo marginal”, ambos de Susana Montero.
Obras. Ensayos, artículos, crítica literaria e impresiones de viaje, como se titula el libro, contó con la edición de Alina Bárbara López y Dianelys Gómez y se halla en proceso de impresión en estos momentos.
Gertrudis Gómez de Avellaneda (Camagüey, 1814- Madrid, 1873)  produjo novelas como Sab (1841) y Dos mujeres (1842-1843), leyendas como “El aura blanca” y “La velada del helecho”, teatro que cuenta entre sus piezas más destacadas a “Baltasar”, “La hija de las flores” y “Munio Alfonso”, poesía,  una autobiografía, un copioso epistolario, impresiones de viajes, crítica literaria…
Cira Romero ha comentado a la prensa que varias editoriales cubanas, en formato impreso o electrónico, se encuentran trabajando también para publicar volúmenes de la Avellaneda, como homenaje al bicentenario de su nacimiento.
Mencionó, entre otros,  Correspondencias con Ignacio de Cepeda (Editorial Ácana); las novelas Sab, Dos Mujeres y El artista barquero (las tres en Letras Cubanas) y la selección de poemas Páginas escogidas (Casa de las Américas), así como el Devocionario de la Avellanada (Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana) y una recopilación de 15 ensayos de autores cubanos y extranjeros que abordan su obra, a cargo de Ediciones Unión.


 

viernes, octubre 18, 2013

Bienvenidas las alternativas que acerquen el libro al lector contemporáneo

“Deben ser bienvenidas todas las alternativas que permitan un acercamiento del libro al lector contemporáneo, que resulta cada vez más difícil de conquistar, en medio de tantas opciones de aprendizaje y esparcimiento como tiene, especialmente las relacionadas con las nuevas tecnologías, con el mundo virtual.”
Así lo afirmó el escritor José Manuel Espino, en la galería de arte del municipio de Colón, en la provincia de Matanzas, donde presentó “En sueños”, una multimedia que contiene las obras de literatura infantil La canción de los números (poesía), de Emilio Ballagas; La felicidad (cuento), de Ivette Vian; Mamaiqué (cuento), de Enid Vian y El bosque encantado (poesía), del propio Espino.

“Si hablamos de un lector tan exigente como el niño, como el joven, entonces son todavía más vitales las búsquedas de nuevos modos de llamar su atención hacia las letras, entre otras razones por tratarse de un tipo de lector con características muy peculiares, muy exigente, y muy dinámico, y además porque ganarlo es fundamental para la sociedad: el niño, el joven que lee hoy, será el adulto que leerá mañana, en el futuro.”

Según opinó Espino, la realización de la multimedia “En sueños”, que estuvo a cargo de la editorial electrónica Cubaliteraria y Citmatel, es un hecho que tendrá un impacto efectivo en la promoción de la lectura en esas edades.
 
“Una multimedia aporta a la literatura perspectivas que no puede dar el libro en su soporte tradicional, el libro de papel; son posibilidades inherentes a sus peculiaridades técnicas, y que bien aprovechadas propician resultados tan sorprendentes como este del que nos encontramos hablando.”

Además de los textos como tal, En sueños contiene la lectura de los mismos, ilustraciones animadas con las que se puede interactuar, así como otros recursos que ayudan a complementar el contenido de los poemas y cuentos de los libros: laberintos, rompecabezas, juego de cartas, posibilidades para dibujar y colorear.

Esta presentación tuvo lugar como parte de las actividades de promoción literaria que el Centro Provincial del Libro y sus diversas instituciones y dependencias llevaron a cabo durante el verano en todo el territorio matancero.

José Manuel Espino (Colón, Matanzas, 1966) es uno de los autores más significativos dentro de la literatura infantil y juvenil cubana actual. Numerosos premios avalan su extensa obra literaria, que comprende libros como El cartero llama tres veces (Ediciones UNIÓN, 1996), Premio Ismaelillo de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba; Laberinto (Editorial Gente Nueva, 1998),Premio La Edad de Oro que otorga la Editorial Gente Nueva; El próximo circo (Ediciones Hermanos Loynaz, 1998); El libro de Nunca-Jamás (Editorial Gente Nueva, 2003) Premio La Edad de Oro; y Alí Babá y las 40 ilusiones (Editorial Gente Nueva, 2006), Premio La Edad de Oro.

Futurama o veintitrés maneras de escribir un mismo poema

En Futurama, libro de poemas que Derbys Domínguez dará a conocer este año en Ediciones Matanzas, el autor empieza a encontrar, a ver materializadas, según confiesa, algunas respuestas a sus búsquedas sobre el ser humano, a partir de las palabras, del lenguaje —con sus efectos, traslaciones sonoras, laberintos semánticos.

En el propio título del volumen, resultado de la unión de dos palabras: futuro y fotograma, pueden apreciarse las claves de esas interrogantes que han inquietado al poeta: futuro como preocupación por la existencia humana, y fotograma por las maneras en que el artista piensa, explica su perspectiva desde el espíritu y la técnica que implica toda manifestación artística.

“Pienso en el futuro porque tengo la impresión o la certeza de que es la primera vez en la humanidad que no se ve el futuro con claridad, a pesar del desarrollo tecnológico alcanzando como sujetos pensantes; y pienso en el fotograma porque intento captar en el libro la velocidad de algunas imágenes de la manera más cinematográfica posible, desarrollando el concepto de fotograma como lo usa el cine: imagen detenida que unida a otra produce movimiento, continuidad, narración de algo”, comenta Derbys Domínguez.

Neobarroco, con poemas que el autor considera experimentales, Futurama se empeña  en “escapar de la dictadura o la rigidez que en ocasiones son la escritura, la poesía y el lenguaje, como instituciones cerradas”, en “vaciar las palabras de sentido o del sentido que habitualmente tienen y otorgarle otros, a partir de lo que son en el cuerpo textual del poema y su nuevo contexto”.

 “El libro en cuestión —dice el autor— es la escritura de un mismo poema de 23 maneras distintas, diferentes, como si estuviera repitiendo el mismo acto infinitas veces, pero en cada ocasión le agrego o le quito algo, para hacerlo más entretenido, y como es natural, esas intervenciones o exclusiones cambian el significado de cada poema, o sea, cada texto a pesar de ser la repetición de un poema inicial  es diferente de ese que le dio origen, es el mismo y uno distinto.”

Derbys Hiram Domínguez Fraguela (Sabanilla del Encomendador, Matanzas, 1974). Poeta, bibliotecario y librero. Estudió Artes Plásticas y Artes Escénicas. En 2009 publicó el libro de poemas Residuos (Ediciones Aldabón. Actualmente se desempeña como especialista en La Casa de la Memoria Escénica.  

Panchi y el ratón astronauta, metáfora sobre la tolerancia

Panchi y el ratón astronauta, novela para jóvenes de Néster Núñez que Ediciones Matanzas ha dado a conocer, está concebida como una especie de metáfora sobre el amor y la amistad, sobre la capacidad de ver las luces y las sombras tanto en uno mismo como en los otros, sobre la tolerancia y la capacidad de ser mejores y de luchar a fondo por cada proyecto que se tenga.

Así lo afirmó Néster Núñez, quien añadió que la obra, su primera novela, “se estructura a partir de dos narraciones que transcurren de manera paralela: la del gato Panchi y la de Nando, el ratón astronauta; van alternándose en el libro, en un contrapunteo, que incorpora dinamismo y hasta cierto suspense a lo contado; al final, se encuentran, confluyen”.

“Panchi sufrió un accidente en el que se dañó la mitad del cuerpo y en una azotea, en la cual se ha recluido, entabla un lucha contra la agonía que implica el rechazo de los otros debido a sus limitaciones físicas. Nando va hasta la luna, donde piensa buscar queso que luego venderá en la tierra, con lo que conseguirá el dinero que necesita, o que piensa que necesita para recuperar la confianza de sus amigos.”

Néster Núñez ha dado a conocer previamente el libro de relatos para adultos Abismos privados y la noveleta infantil Olivia la Pamplinosa, Premio Fundación de la Ciudad de Santa Clara. Trabaja como corrector en Ediciones Matanzas.

Leyendas de islas

Leyendas que toman como punto de partida numerosas islas dispersas en los diversos océanos del mundo, conforman el último libro de la escritora para niños Loreley Rebull que ha sido publicado por la casa editora Abril.

Dedicado a un público preferentemente adolescente, Leyendas de islas, como se titula el volumen, recoge poéticas historias que dan una explicación mítica de la existencia de princesas, guerreros, tradiciones, dioses, animales, volcanes u otros accidentes geográficos.

Entre “los pedazos de tierras flotantes” —como las denomina la autora— a los que se hace referencia en este texto, se hallan Nueva Zelanda, Bora-Bora, Galápagos, Canarias, Plymouth, Martinica, Haití y Cuba —por supuesto—, junto a otras. “No las escogí a partir de un objetivo determinado —comenta la autora—, sino que más bien fueron apareciendo poco a poco en algún libro, en la prensa escrita, en la televisión, en una conversación... Llamaban mi atención por su nombre, por un detalle determinado... y al poco tiempo ya me encontraba escribiendo.

“Algunas de las narraciones tienen una base histórica o al menos forman parte de un mito, de una leyenda original, pero otras son pura ficción, a partir de cómo yo me imaginaba que podía haber sucedido todo; era como una especie de juego. Con el tiempo vi que había reunido unas cuantas y me dije: Tienen que ver unas con otras, esto es un libro.

 “Mientras concebía estas historias medité mucho en lo que son las islas, y específicamente en el hecho de que por más separadas que estén geográficamente, hay algo que las une: el mar, el estar rodeadas por el mar, el tener el mar ahí mismo a la vista. Esa es una realidad común que sin dudas acaba creando cierta comunión, que marca de igual modo sus vidas, sus costumbres, su imaginario.”

Nacida en Matanzas en 1947, Lorey Rebull León fue “persistente integrante” —según confiesa— del movimiento de Talleres Literarios. Comenzó en la literatura para adultos, con poesía y cuentos (estos últimos por lo general de terror) y “por algo natural, como por intuición” acabó dirigiéndose hacia la literatura infantil.

Más adelante, se incorporó al taller de literatura infantil que dirige en la provincia de Matanzas el destacado autor José Manuel Espino, lo que le dio “una visión más completa del género, tanto en el trabajo directo con cada texto individual como con la preparación de un libro como tal”.

Entonces comenzaron a salir los volúmenes, uno detrás del otro, y con este último ya son en total ocho libros de literatura infantil, todos de prosa, en editoriales cubanas como Abril, Gente Nueva, Oriente, Matanzas y Vigía.

Este año saldrán a la luz dos nuevos textos suyos. La Editorial Abril dará a conocer su cuento Alba y el número mágico, en un libro troquelado, y la Editorial Oriente presentará La pandilla del capitán chicharo, una colección que reúne 15 cuentos para niños.

Ambos títulos serán ilustrados por Abdel de la Campa Scaig, quien también realizó esta labor en Leyendas de islas y en otros libros anteriores de Loreley.





lunes, agosto 26, 2013

José Kozer “dicta” diez pautas para escribir poesía

El poeta cubano José Kozer, radicado en Estados Unidos desde 1960, ha dado a conocer una especie de decálogo, con los fundamentos que él considera de imprescindible cumplimiento por todo aquel que quiere escribir poesía.
Las “Diez Pautas”, como ha denominado en realidad a su decálogo, aparecieron formando parte de la sección de anexos que se encuentra en las páginas finales de Índole, un libro de versos que publicó recientemente en Ediciones Matanzas.
 Las formulaciones abarcan diversas perspectivas del proceso de creación, desde actitudes del poeta en relación con su existencia cotidiana hasta señalamientos que se refieren a la parte práctica del oficio.
 En la primera de estas recomendaciones alude a la necesidad de estar en contacto directo con las letras en todo momento: “Leer toneladas de libros, leer a todos los poetas de todos los tiempos y culturas, de modo asistemático y a mansalva”.
 A su juicio, este hecho “estimula la escritura” pero lo cierto es que implica algo más: es también la entrega, el compromiso absoluto con la literatura, en este caso, con la poesía, y sobre esto abunda en otro de los preceptos, cuando dice: “O se organiza la existencia alrededor de la escritura o no se escribe”.
 Sobre el proceso de aprendizaje opina que lo mejor es el estudio de la mala poesía, la buena —según cree— no es aconsejable puesto que esta se acerca demasiado a lo perfecto y entonces no se ve nada. En otro momento dice también que no se debe aprender de los escritores —y mucho menos de los poetas— sino de los músicos, pintores, arquitectos...
 Kozer hace recomendaciones prácticas para el proceso de escritura: “la ortodoxia y la simetría pueden acompañar, pero la irregularidad es la mejor compañera”; “Escribir desde un impulso original, plegándonos a la fuerza (no al esfuerzo) de los sentimientos”; “Saber dónde terminar un poema (es algo instintivo), donde soltar la pluma”; “escribir de sopetón; lenta corrección”.
 La última pauta insiste en algo que parece elemental, obvio, pero que resulta básico para el poeta: lo importante es escribir: “No evocar, escribir. No pensar, escribir. No mirar, escribir. Tener fe en el arranque (...) dejarse llevar: el poema corre por su cuenta, solo hay que ayudarlo a parir.”
Índoles recoge unos 30 poemas de Kozer. Cuenta con edición de Alfredo Zaldívar y con sobrio diseño de Johann E. Trujillo.
 Nacido en La Habana en 1940, Kozer ha dado a conocer a lo largo de su vida cerca de 60 libros y una veintena de plaquettes, y se considera por la mayor parte de los estudiosos como el poeta cubano más relevante de los que han realizado toda su obra fuera de la nación.
 Con anterioridad, en Cuba solo se habían publicado tres de sus libros: Réplicas (Ediciones Vigía, 1997), la antología No buscan reflejarse (Letras Cubanas, 2001) y Semimovientes (La Torre de las Letras, 2007).

Publicado en Mar Desnudo

Margarita Aldanás: “Solo quien perdona alcanza la paz”

Un mujer que dialoga acerca de sus conflictos existenciales con la sociedad y con ella misma, una mujer que encuentra en el perdón el instrumento que necesitaba para pasar páginas dolorosas y abrir otras nuevas; una mujer en esas circunstancias se presenta como protagonista de la novela Las manos de Pedro que la escritora matancera Margarita Aldanás ha dado a conocer en la Editorial Oriente, de Santiago de Cuba.
“Ella, el personaje principal, ha sufrido mucho, tiene problemas en su hogar, en la relación con el ambiente del pueblo en el que vive, y en el orden personal experimentó un suceso muy fuerte: una violación sexual”, comenta la autora.
“Sin embargo, a pesar de todo esto, sale adelante, y lo consigue  aprendiendo a perdonar: solo quien perdona logra la paz que se necesita para estar con su propio ser en todo momento, sean las circunstancias que sean.”
Esta es la primera novela de Margarita Aldanás, quien hasta ahora había publicado los libros de poesía Una mujer lo sabe (Ediciones Matanzas) y Cartas para Anton (Editorial El carro del sol, Barcelona). Había dado a conocer además algunos cuentos en revistas y antologías de ese género.La novela se desarrolla a modo de monólogo de la protagonista y, como dijera el escritor Ulises Rodríguez Febles al presentar este volumen en un espacio de promoción literaria en la ciudad de Matanzas, sigue “una narración cronológica de su biografía, y otras cronológico, con interrupciones y transiciones, bruscas, imprecisas o lentísimas, como pedazos dispersos de disímiles discursos que se funden en uno solo”.
Las manos de Pedro —agregó Ulises— es una novela, que cuando uno la lee, descubre, en la primera palabra, ella, como el foco discursivo es la mujer, una mujer de hoy, de varias épocas y latitudes, pero especialmente nuestra, de ahora mismo, que nos cuenta o de la que cuentan, su tragedia, con sus caídas y traumáticas maneras de levantarse, incluso de las humillaciones, de las vejaciones, del dolor que va más allá de las vísceras.”

Ruth Behar: Las calles rotas de mi ciudad

El pergamino Las calles rotas de mi ciudad, que contiene un poema de la escritora e investigadora cubano-americana Ruth Behar, es la más reciente publicación dada a conocer por Ediciones Vigía, en la ciudad de Matanzas.
El poeta Israel Domínguez, quien tuvo a su cargo las palabras de su presentación oficial, afirmó que este es un texto nostálgico, en el que siente añoranza por el pasado, por lo que fue y solo volverá a ser en la memoria.
 “El sujeto lírico de este poema se encuentra con una ciudad natal transformada, distinta a lo que fue, y a partir de esto echa de menos a tantas cosas que ya no son; la ciudad como metáfora, como línea desde la cual se valora el paso del tiempo, el peso del tiempo sobre la existencia humana”, comenta Israel.
 “Se echa de menos a su infancia, ya perdida; a la familia, que ya no es la misma; a la propia vitalidad como ser humano y a la ciudad que se conoció y que se ha convertido en otra, que se ha deteriorado junto con todo lo que fue, con los recuerdos, y ha mutado, es otra frente a la mirada”.  El poeta Rolando Estévez, diseñador del pergamino, afirma además que este poema constituye, por su estructura, por sus ambiciones conceptuales, “un poema-cuento, un poema-novela, un poema-mundo”, en el que pueden percibirse estos estremecimientos, estas inquietudes del sujeto lírico.
 Estévez, también a cargo de los dibujos que se incorporaron como parte del diseño, utilizó para la realización de esta publicación papeles blanco, craft y ecológico de texturas y gramajes diversos; papel de techo; aserrín; textiles; conchas y piedras marinas, entre otros materiales.
 Nacida en La Habana en 1956, Ruth Behare migró junto con su familia hacia los Estados Unidos, cuando ella tenía cuatro años de edad. En la actualidad es profesora en la Universidad de Michigan. Ha publicado textos relacionados con la antropología, y libros de ensayo, poesía y otros géneros literarios.

Leyenda de islas

Leyendas que toman como punto de partida numerosas islas dispersas en los diversos océanos del mundo, conforman el último libro de la escritora para niños Loreley Rebull, publicado por la casa editora Abril.
Dedicado a un público preferentemente adolescente, Leyendas de islas, como se titula el volumen, recoge poéticas historias que dan una explicación mítica de la existencia de princesas, guerreros, tradiciones, dioses, animales, volcanes u otros accidentes geográficos.
Entre “los pedazos de tierras flotantes” —como las denomina la autora— a los que se hace referencia en este texto, se hallan Nueva Zelanda, Bora-Bora, Galápagos, Canarias, Plymouth, Martinica, Haití y Cuba —por supuesto—, junto a otras.
“No las escogí a partir de un objetivo determinado —comenta la autora—, sino que fueron apareciendo poco a poco en algún libro, en la prensa escrita, en la televisión, en una conversación... Llamaban mi atención por su nombre, por un detalle determinado... y al poco tiempo ya me encontraba escribiendo.
“Algunas de las narraciones tienen una base histórica o al menos forman parte de un mito, de una leyenda original, pero otras son pura ficción, a partir de cómo yo me imaginaba que podía haber sucedido todo; era como una especie de juego. Con el tiempo vi que había reunido unas cuantas y me dije: Tienen que ver unas con otras, esto es un libro.
“Mientras concebía estas historias medité mucho en lo que son las islas, y específicamente en el hecho de que por más separadas que estén geográficamente, hay algo que las une: el mar, el estar rodeadas por el mar, el tener el mar ahí mismo a la vista. Esa es una realidad común que sin dudas acaba creando cierta comunión, que marca de igual modo sus vidas, sus costumbres, su imaginario”.
Nacida en Matanzas en 1947, Lorey Rebull León fue “persistente integrante” —según confiesa— del movimiento de Talleres Literarios. Comenzó en la literatura para adultos, con poesía y cuentos (estos últimos por lo general de terror) y “por algo natural, como por intuición” acabó dirigiéndose hacia la literatura infantil.
Más adelante, se incorporó al taller de literatura infantil que dirige en la provincia de Matanzas el destacado autor José Manuel Espino, lo que le dio “una visión más completa del género, tanto en el trabajo directo con cada texto individual como con la preparación de un libro como tal”.
Entonces comenzaron a salir los volúmenes, uno detrás del otro, y con este último ya son en total ocho libros de literatura infantil, todos de prosa, en editoriales cubanas como Abril, Gente Nueva, Oriente, Matanzas y Vigía.
Este año saldrán a la luz dos nuevos textos suyos. La Editorial Abril dará a conocer su cuento Alba y el número mágico, en un libro troquelado, y la Editorial Oriente presentará La pandilla del capitán chicharo, una colección que reúne 15 cuentos para niños.
Ambos títulos serán ilustrados por Abdel de la Campa Scaig, quien también realizó esta labor en Leyendas de islas y en otros libros anteriores de la autora.

miércoles, junio 26, 2013

Carlos Esquivel: “Me quedan muchas deudas con la poesía”

Carlos Esquivel Guerra (Las Tunas, Elia, 1968) afirmó que le quedan muchas deudas con la poesía, a pesar de que ha publicado más de una decena de libros que le han dado visibilidad entre los  poetas contemporáneos de la Isla.

“Me quedan deudas temáticas, me queda una vida, o un pedazo de vida, que manchar con, y entre, palabras. Me quedan, aún, aquellos desafíos con los que comencé a escribir (...)”, dijo Esquivel tras la presentación de El ciclo de nadie, antología personal de su obra poética, publicada por Ediciones Vigía este año.

Esta selección recoge un total de 43 textos, pertenecientes a 11 libros que dio a conocer entre 1999 y 2008, en los cuales aborda la búsqueda en las raíces de la nacionalidad, el viaje, la guerra, la marginalidad, el cine, el baseball y otras cuestiones que aportan elementos a sus indagaciones en torno a la esencia del ser humano.

“Me muevo hacia distintas zonas, a ratos lúdicas, a ratos hirientes, casi solemnes, un poeta de lo que podría llamarse neovanguardia, pero me temo que ni siquiera tal conceptualización es exacta, o relativamente exacta”, dijo Esquivel, tratando de ubicar, de definir su manera de concebir la poesía.

“Escribo décimas, epigramas, poemas en prosa que no son ni una cosa o la otra (y esa máscara presupone un hallazgo sin otros límites que los corrosivos), un goteo silvestre cerebral, algo distinto a lo que admiro, porque de eso se trata: tolerar el desafío de cualquier tradición y desafiar esa misma tradición”.

Estela Ación, editora de El ciclo de nadie, afirma que en el mismo “se presenta una gran variedad de textos, en los que se percibe la evolución, el crecimiento de este importante poeta cubano”.

El diseño de esta antología personal de su obra poética estuvo a cargo de Abdel de la Campa, quien empleó en su propuesta visual diversos materiales: textiles, recortería de cajas, papeles de diversas texturas...

Poeta y narrador, Carlos Esquivel Guerra (Las Tunas, Elia, 1968) ha ganado premios como: el Iberoamericano de la Décima Cucalambé 2005”, Jara Carrillo 2006 en España, La Gaceta de Cuba, José María Heredia, Hermanos Loynaz, Oriente, Manuel Cofiño, y Regino E. Boti, entre otros.

Textos suyos aparecen en revistas y en antologías de más de diez países. Es autor, entre otros, de los libros Perros ladrándole a Dios (poesía, 1999, Premio a la mejor Ópera Prima del año); Tren de Oriente (México, poesía, 2001); Los animales del cuerpo (cuento, 2001); La isla imposible y otras mujeres (cuento, 2002), El boulevard de los Capuchinos (poesía, 2003); Matando a los pieles rojas (poesía, 2008) y Los hijos del kamikaze (poesía, 2008).

Fundada exactamente en el año 1985, Ediciones Vigía se caracteriza por producciones totalmente manufacturadas, esgrafiadas, confeccionadas con papeles de desecho, materiales rústicos, iluminadas a mano y en tiradas de doscientos ejemplares.

Es tan peculiar el diálogo entre texto y diseño gráfico, que sus libros se convierten en verdaderos objetos de arte codiciados por instituciones públicas o coleccionistas privados del mundo.

Cajón de bateo, algunas claves entre béisbol y cultura

El libro de crónicas Cajón de bateo, publicado por Norberto Codina en Ediciones Matanzas, establece vínculos entre béisbol y cultura que traen nuevas maneras de asumir, de ubicar en la Isla — dentro de su historia, tradiciones y procesos de formación— ese deporte que tanto apasiona a sus habitantes.
Norberto Codina, editor, poeta y un versado aficionado de la pelota, asegura que “nuestros peloteros, sus jugadas y su historia forman parte de lo universal criollo que integra nuestra identidad”.
Para demostrar tales conclusiones, Codina articuló lazos —según lo expresa en el libro— “entre el deporte nacional y protagonistas de nuestra cultura y acontecer histórico, interrelaciones entre eventos y manifestaciones del arte y la literatura que se imbrican en ese tejido identitario, en diálogo con la cuenca caribeña y sobre todo con ese espacio originario de nuestra pelota que es la cultura norteamericana”.
Nicolás Guillén, José Lezama Lima, José Rodríguez Feo, Roberto Fernández Retamar... son algunos ejemplos de artistas cubanos, en este caso escritores, a los que se presenta vinculados de diversas maneras con el béisbol, sea con algún partido en específico, con algún deportista relevante o dando criterios genéricos sobre ese deporte.
El crítico Omar Valiño, en las palabras introductorias del volumen, comenta que Codina conecta la pelota “con la historia y los procesos marginales, con la política” y “emociona en el pasaje donde revive las protestas del Directorio Estudiantil Revolucionario contra la dictadura batistiana en el Gran Stadium del Cerro”.
Cajón de bateo. Algunas claves entre béisbol y cultura fue editado por Lincoln Capote Peón y cuenta con diseño de Johann E. Trujillo. Ediciones Matanzas lo dio a conocer en su colección Los Molinos.
Norberto Codina Boeras (Caracas, 1951) es director desde hace 25 años de la prestigiosa revista cubana La Gaceta de Cuba. Entre sus libros más recientes se encuentra el poemario El leve viaje de la sangre (Editorial San Librario, Bogotá, 2012). 

Abdel de la Campa: “La ilustración es un atractivo fundamental en el libro infantil”

“En la literatura infantil la ilustración puede ser tan importante como el propio texto, e incluso sobrepasarlo: fíjense solamente en el libro-álbum que se está popularizando en Cuba en los últimos tiempos; es algo obvio, a partir de las necesidades, de las peculiaridades del niño, el público tan especial de este tipo de literatura”.

Así lo afirmó Abdel de la Campa Scaig, joven ilustrador de textos para niños y jóvenes, uno de los invitados a la tertulia literaria que con carácter mensual realiza la filial de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) en la provincia de Matanzas, y que en esta oportunidad contó también con la presencia de los investigadores Ercilio Vento Canosa y Alina López Hernández.

“La ilustración —aseguró Abdel— es un atractivo fundamental en el libro infantil y puede decidir la suerte de este frente a sus pequeños y exigentes lectores. Si no les llama la atención, si no les gusta lo que ven, las imágenes, pueden echarlo a un lado, dejarlo en cualquier rincón. Quien compra un título de estos lo sabe, por intuición, por lógica, y siempre lo tiene muy en cuenta”.

Graduado en el Instituto Superior de Diseño en 2009, Abdel se desempeña en la actualidad como ilustrador de Ediciones Matanzas y ha realizado colaboraciones con otras editoriales cubanas como Oriente, Abril y Vigía.

Según comentó, el trabajo en estas casas editoras, cada una con perfiles editoriales distintos, y además con recursos de impresión diversos, le impone retos profesionales, le abre novedosas perspectivas de lo que es la ilustración, una carrera en la que reconoce encontrarse “apenas en el umbral, apenas dando los primeros pasos, aunque ya fascinado, ansioso por ir cada vez hacia lo que se atisba más allá”.

También se refirió a la estrecha relación que debe establecerse con el texto, que “debe leerse una y otra vez” mientras se desarrolla el proceso creativo, el cual, confiesa, “deberá traer como fruto no el calco, la repetición de lo que se dice en la letra impresa, el mero complemento, sino otro punto de vista que desde la ilustración interprete, recree, amplíe lo que ha propuesto el escritor”.

Al referirse a algunas de sus peculiaridades como ilustrador, aseguró que se empeña en que cada nuevo libro tenga una propuesta distinta, acorde con lo que este pide, aunque inevitablemente se repiten algunos elementos como el papel de las figuras geométricas en sus creaciones, determinadas exageraciones de proporciones y expresiones...

En la tertulia, en la que se contó como público fundamental con periodistas de esta provincia y estudiantes de la carrera de Periodismo en la Universidad de Matanzas Camilo Cienfuegos, también se presentó el libro El otro Antonio (Ediciones Matanzas, 2012), de Ercilio Vento Canosa, quien recogió en este volumen testimonios relacionados con la vida y obra de Antonio Núñez Jiménez.

Por su parte, la doctora Alina López Hernández se refirió a Segundas lecturas. Intelectualidad y cultura de la república burguesa, un libro de ensayos que dará a conocer este año en Ediciones Matanzas. Este volumen aborda la política cultural desplegada por el Partido Comunista antes de 1959. Durante su intervención en la tertulia, Alina abordó específicamente peculiaridades de la prensa.

Dan a conocer resultados del premio de la crítica matancera

Los libros Otro retorno al país natal (poesía), de Laura Ruiz Montes; Letras húmedas. La ciudad poética (ensayo), de Urbano Martínez Carmenate y Retablo abierto (crítica, periodismo), de Rubén Darío Salazar; fueron los ganadores del Premio de la Crítica Literaria Orlando García Lorenzo, otorgado anualmente por la UNEAC de la provincia de Matanzas a los tres mejores volúmenes publicados por autores residentes en este territorio.

En esta oportunidad fueron analizados cerca de 30 libros de varios géneros literarios, dados a conocer durante 2012 en diversas editoriales del país, aunque la mayoría de los títulos perteneció a Ediciones Matanzas, entre ellos los tres que en definitiva resultaron ganadores.

En Otro retorno al país natal, que obtuviera antes el Premio José Jacinto Milanés 2011, Laura Ruiz propone un conmovedor reencuentro con la realidad del cubano contemporáneo, es un viaje, una marcha hacia su historia y también su cotidianidad, hacia su intimidad, puertas adentro, mediante un verso descarnado pero muy finamente tallado, y más que fino, auténtico, sincero.

Aunque es más conocida como poeta, Laura Ruiz ha incursionado con éxito en varios géneros literarios: ensayo, narrativa, teatro y literatura para niños. Ha recibido numerosos reconocimientos entre los que destaca el Premio de la Crítica 2008 por su cuaderno de versos Los frutos ácidos. Es reconocida además por su labor como editora, en Vigía, y otros proyectos editoriales.

Letras húmedas. La ciudad poética, que alcanzara también el Premio Fundación de la Ciudad de Matanzas 2012,  hace un recorrido por los modos en que la ciudad de Matanzas fue vista por los poetas, por la poesía, desde la tercera década del siglo XIX hasta mediados del siglo XX.

Licenciado en Lengua y Literatura Hispanoamericanas por la Universidad de La Habana y miembro correspondiente de la Academia de la Historia de Cuba,  Urbano Martínez Carmenate es uno de los biógrafos de mayor reconocimiento en el país. Entre sus libros se destacan Domingo del Monte y su tiempo (Premio de la Crítica), además de las biografías de José Jacinto Milanés, Bonifacio Byrne y Carilda Oliver Labra, entre otras. Recientemente alcanzó mención en el Premio Casa de las Américas por una biografía sobre Alejo Carpentier.

Retablo abierto, de Rubén Darío Salazar, es una aportadora recopilación de artículos, reseñas, entrevistas, investigaciones, sobre el teatro de títeres en Cuba, desde sus inicios hasta los momentos actuales.

Rubén Darío Salazar (Santiago de Cuba, 1963) es director artístico, actor, investigador teatral. Trabajó como actor en el grupo Papalote y fundó y dirige Teatro de las Estaciones, uno de los grupos emblemáticos del teatro para niños en estos momentos. Algunas de sus puestas en escenas han merecido el Premio Villanueva de la crítica teatral y otros importantes reconocimientos en el país y en el mundo.

El jurado de esta última edición del Premio de la Crítica Orlando García Lorenzo lo integraron el poeta y editor Alpidio Alonso, y los críticos literarios y ensayistas David Leyva y Lincoln Capote Peón.

Los resultados se dieron a conocer en el cierre de una jornada literaria que se desarrolló entre el 14 y el 16 de mayo, en la casa sede de la UNEAC de la provincia de Matanzas.

Como parte de esta jornada fue realizado además un concurso de reseñas de temática artística y literaria, donde resultó premiado un texto del poeta Yovanny Ferrer Lozano.

También se llevó a cabo el espacio “Letras on line: Las publicaciones digitales culturales”, en el que se expusieron las experiencias del portal cultural Atenas y de la revista digital Mar Desnudo, así como un panorama de la blogosfera cubana actual.

Ercilio Vento impartió una conferencia sobre la muerte de Martí; Urbano Martínez Carmenate se refirió a José Jacinto Milanés y Caridad Contreras Llorca comentó sobre la poesía cubana en el periódico El Ateneo.

En otro momento, Alpidio Alonso compartió sus pesquisas sobre la vida y obra de Roque Dalton y se presentaron la revista Amnios, los libros Idas, de Alpidio Alonso, y la compilación de artículos Escritores olvidados de la República.



miércoles, octubre 24, 2012

Las plurales vidas del Teatro Sauto

Teatro Sauto: Vidas en plural, de Amarilys S. Ribot, dado a conocer por Ediciones Matanzas, ofrece una ‘historia viva’ de ese importante coliseo cubano, articulada a partir de las voces de treinta técnicos, arquitectos, historiadores y visitantes asiduos al mismo.

Durante la presentación de este volumen, Cecilia Sodis Carrillo, directora de esa institución cultural y ella misma una de las testimoniantes, lo consideró imprescindible no solo por aportar novedosa información sobre diversas etapas del Sauto, sino por hacerlo además desde una óptica humana, con lo que logra que sus páginas resulten muy atractivas.

El texto contiene confesiones de personalidades como Mario Argenter Sierra, Luis Carbonell, Carilda Oliver Labra, Abelardo Estorino, Omara Portuondo, Frank Fernández, Lizt Alfonso, Daniel Taboada y Carlos Ruiz de la Tejera.

Amarilys S. Ribot señaló que los entrevistados ofrecen perspectivas sumamente variadas sobre el Sauto, que incluyen evocaciones personales, anécdotas cargadas de humor, consideraciones profesionales relacionadas con aspectos artísticos o técnicos, entre otros enfoques.

Ubicado en la ciudad de Matanzas, y concebido por el arquitecto italiano Daniel Dall’Aglio con elegante exterior neoclásico y bellos salones, el Sauto se convirtió, desde su apertura oficial el 6 de abril de 1893, en punto de referencia en el panorama cultural de la Isla.

Daneris Fernández, Historiador de ese coliseo, afirmó que la relevancia de este lugar puede apreciarse en los propios artistas que lo han visitado durante los más de 100 años que lleva funcionando.

Recordó artistas como Sarah Bernhardt, Anna Pávlova, Alicia Alonso, Jacinto Benavente, Adelaida Rístori, José White, Teresa Carreño, Antonio Gades, Ernesto Lecuona, Andrés Segovia, María Guerrero, Brindis de Salas, Frank Fernández... En tanto José Raúl Capablanca, quien jugó en el mismo una partida de ajedrez.
La presentación de este libro se efectuó en el propio Teatro Sauto, que se encuentra en proceso de reparación desde hace varios años.

Amarilys Sánchez Ribot (Matanzas, 1971) es licenciada en Periodismo por la Universidad de La Habana. Ha laborado en varios medios de prensa de la provincia de Matanzas. Como periodista ha recibido importantes premios. Ha trabajado en la promoción cultural de los teatros Sauto y Papalote. Este es su primer libro.


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Entregan a Roberto Fernández Retamar Premio Honorífico Fundación de la Ciudad de Matanzas

 El importante intelectual cubano Roberto Fernández Retamar recibió el Premio Honorífico Fundación de la Ciudad de Matanzas, durante una jornada literaria desarrollada en esta localidad que acaba de cumplir 319 años.Fernández Retamar agradeció este reconocimiento, que se otorga anualmente en ese encuentro a personalidades de las letras con una obra trascendente, que en este caso no se limita al ensayo, la poesía o la escritura en general, sino que abarca la cultura toda y a su interacción con la sociedad, con su tiempo.

En gesto en el que se mostró emocionado, Retamar dijo que dedicaba este premio a la memoria de su padre, quien había nacido en Jovellanos, un municipio matancero. “Este premio, esta visita a Matanzas, resultan como una especie de reencuentro con mis raíces”, confesó. Premio Nacional de Literatura y director de Casa de las Américas, Fernández Retamar destacó además la tradición literaria de esta tierra, “hogar de José Jacinto Milanés, Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido), y Carilda Oliver Labra, entre tantos otros maravillosos poetas...”


Al entregarle el reconocimiento, Alfredo Zaldívar, organizador principal de esta jornada, dijo que su trayectoria, su quehacer como intelectual cuenta con una dimensión universal, con particular incidencia en América Latina, donde es evidentemente una figura ineludible.

Esta jornada literaria tuvo lugar entre el 11 y el 13 de octubre en la ciudad de Matanzas, con un programa que contó con la participación de cerca de veinte escritores cubanos en recitales poéticos, mesas de opinión, conferencias, presentaciones de libros y revistas y tertulias.

Uno de los momentos más singulares lo propició el propio Fernández Retamar con una lectura de algunos de sus poemas durante la sesión inaugural del encuentro en el patio del Museo de Arte de esta ciudad.

La doctora Adelaida de Juan, considerada junto a Retamar como invitada de honor de esta cita matancera, impartió la conferencia “Lo afrocaribeño en la obra de Wilfredo Lam”, en la Cátedra Vitier, espacio de reflexión organizado por la Uneac provincial.

Enrique Pérez Díaz, director de la editorial Gente Nueva, realizó una intervención en la que analizó la interesante diversidad temática y estilística de la literatura para niños y jóvenes en la Isla. Luego de sus palabras, los escritores Yanira Marimón y Carlos Zamora leyeron textos de ese género.

En la tertulia Café Mezclao, conducida por Alfredo Zaldívar, se pudo compartir con Laidi Fernández de Juan, Marcial Gala, Legna Rodríguez, Atilio Caballero, Abel Fernández-Larrea Bérriz, entre otros. También se dio a conocer el último número de la revista Matanzas, dedicado al centenario de esta publicación. Cienfuegos, ciudad ‘invitada’, tuvo su espacio en el evento, donde se presentaron libros y revistas de las editoriales cienfuegueras Mecenas y Reina del Mar. Irán Millán Cuétara, conservador de esa ciudad, abordó la gestión y desarrollo en la misma, considerada Patrimonio Mundial.
Fueron presentados los libros ganadores del Premio Fundación de la Ciudad de Matanzas 2011: Letras húmedas. La ciudad poética (ensayo), de Urbano Martínez Carmenate; El momento perfecto (poesía) y Mayonesa bien brillante (novela), de Legna Rodríguez. Los tres volúmenes los publicó Ediciones Matanzas.

Por último, se entregaron oficialmente los premios de ese concurso correspondientes al presente año: en cuento, Berlineses, de Abel Fernández-Larrea Bérriz; en teatro Maykel Paneque, con Cámara lenta; y Carlos Zamora, con su noveleta A puerto blanco no llegan las lluvias, en género literatura para niños y jóvenes.

El Premio Literario Fundación de la Ciudad de Matanzas lo convocan la Casa de las Letras Digdora Alonso, Ediciones Matanzas y el Centro de Promoción Literaria José Jacinto Milanés, con el auspicio del Centro Provincial del Libro y la Literatura, la Dirección Provincial de Cultura y las autoridades gubernamentales de la ciudad y la provincia de Matanzas.

                                                                                                                                                                         Publicado en Mar Desnudo

 

Verónica Spaskaya, puente entre la literatura rusa y la cubana

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La destacada traductora rusa Verónica Spaskaya fue recordada por varios intelectuales cubanos en un encuentro que organizó la sede de la Uneac en la ciudad de Matanzas, como parte de las celebraciones por el Día del Traductor.Su vida y obra fueron abordadas desde diversas perspectivas en las intervenciones de Lourdes Arencibia, Juan Luis Hernández Milián y Alfredo Zaldívar, así como en los textos que enviaron Julio Travieso, Jacques-Francois Bonaldi y Doris Gutiérrez, quienes no pudieron asistir al homenaje personalmente.

Lourdes Arencibia dijo que Spaskaya, fallecida en La Habana el pasado año, podía considerarse una especie de puente que facilitó y promovió el intercambio entre la literatura en lengua rusa y la cubana. Recordó además su desempeño en el Equipo de Servicios de Traductores e Intérpretes (ESTI).

En su texto, Julio Travieso evocó el año 1976, cuando una narración suya se incluyó en una antología del cuento cubano traducida al ruso por Verónica, acaso la primera (o al menos una de las primeras) de ese género dada a conocer en la Unión Soviética. Más tarde, Travieso la conoció en Moscú, donde constató que ella “formaba parte de excelentes traductores como Margarita Bilínkina, quien llevó a su lengua a Carpentier y a García Márquez; Ela Braquinskaia, Nicolai Pogosov, entre otros”.
“La próxima vez que nos vimos —comenta Julio— fue en los años 80, cuando Verónica vino a trabajar en Cuba, invitada, si mal no recuerdo, por la Editorial José Martí.”Juan Luis Hernández Milián, traductor al español de Puskin, Esenin, Visostki y otros autores rusos, recordó el apoyo que Spaskaya le dio en todo momento, las consultas, el prólogo que le hizo a uno de sus libros, los consejos...

“En una ocasión —recordó Juan Luis— me dijo que resultaba más difícil traducir la prosa de Puskin que su poesía. Y tenía razón. Con Puskin ocurrió otra cosa. Leyó la traducción que hice de Ruslán y Liudmila y le pareció demasiado seria. Estimaba que ese texto Puskin lo había escrito en una etapa juvenil, y que el tono era más bien ligero, juguetón, irónico... juvenil. En eso también tenía razón, así que enseguida me puse a trabajar en tal sentido.”

Bonaldi y Doris Gutiérrez hicieron referencia a los momentos que vivieron con ella, cuando le pidieron ayuda para traducir Tío Vania, una obra de teatro de Antón Chejov, que pensaban llevar a las tablas.

Alfredo Zaldívar, poeta, narrador y editor, mencionó algunas experiencias personales con la Spaskaya, en las que se pudo apreciar su carácter ríspido, que no soportaba las medias tintas, y una evidente cubanía, asumida durante su larga residencia en la Isla.Este encuentro contó además con la participación de varios traductores matanceros, como es el caso de Laura Ruiz, Luis Martinto e Israel Domínguez, quienes se refirieron de modo general a las peculiaridades de ese oficio y leyeron algunos de los textos que trasladan al español en estos momentos.
 

martes, septiembre 04, 2012

Reeditan Fumando espero

Como parte de las celebraciones por el centenario de Virgilio Piñera, Ediciones Matanzas presentará este año una novela que se inspira en la vida de ese importante dramaturgo, narrador y poeta cubano: se trata de Fumando espero, de Jorge Ángel Pérez, que de este modo se publica por segunda vez en Cuba.

Así lo dio a conocer el autor de esa obra durante las sesiones de un coloquio sobre Virgilio que tuvo lugar recientemente en las ciudades de Matanzas y Cárdenas, donde participaron también otros importantes intelectuales cubanos como Antón Arrufat, Cira Romero, Lourdes Arencibia, Vivian Martínez Tabares, Norge Espinosa y Roberto Pérez León.

“Esta reedición de Fumando espero contiene modificaciones del texto original, pero no muchas, centradas sobre todo en una especie de reescritura del penúltimo capítulo”, declaró Jorge Ángel.“Esta obra parte de la vida de Virgilio, específicamente de su estancia en Argentina, y toma elementos reales de su existencia, especialmente los más ‘escabrosos’, los que habitualmente se han esquivado, pero bajo ninguna circunstancia puede asumirse como un texto histórico; no es otra cosa que pura ficción”.

Este libro se dio a conocer por Letras Cubanas en 2004, y se agotó con rapidez en las librerías de la Isla. En 2005 resultó primer finalista del premio de novela Rómulo Gallegos, en Venezuela, donde fue reeditado ese mismo año.

Junto a su salida por Ediciones Matanzas, en 2012 también se prevé su publicación en una casa editora argentina.

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Punto de partida hacia el estudio del coleccionismo cubano


Que se conozca, hasta el 2011 no existía la historia del coleccionismo en Cuba, ni general ni parcial. Así que el libro El coleccionismo en Matanzas, publicado por el investigador matancero Urbano Martínez Carmenate, puede considerarse un punto de partida, un camino que se abre hacia el conocimiento sistematizado de esa materia.

Dado a la luz en esta Feria del Libro por Ediciones Matanzas, y emprendido a partir de una solicitud institucional que le hicieron al autor, el volumen estudia el coleccionismo en esta provincia desde el siglo XIX hasta el XXI.

Según afirma Urbano, la preparación del texto le llevó un amplio trabajo en archivos, bibliotecas y, por las características del asunto tratado, se impuso la necesidad de localizar muchas fuentes orales.

“Esta no es una materia como la literatura, el teatro, la música... Las colecciones tienden a desaparecer con el tiempo, incluidas las que se hallan custodiadas por instituciones oficiales.

“Es que se trata de evidencias materiales de todo tipo en múltiples soportes: papel, tejido, hueso, etc., y la lucha contra el deterioro se hace muy difícil. Y esto se complejiza aún más porque nadie incluye al coleccionismo como manifestación de la cultura; de modo que no son abundantes las fuentes conservadas al respecto.

“Así, para dar con todos los elementos informativos necesarios tuve que sensibilizar a las personas, procurar archivos particulares... Los coleccionistas me ayudaron mucho, también los museos, por supuesto. Tuve que recorrer toda la provincia buscando información.”

Inexplicablemente, El coleccionismo... permaneció cerca de 10 años engavetado, sin ser publicado, en cierta editorial, que ni siquiera tuvo en cuenta que este había sido merecedor del Premio Anual de Investigaciones Culturales correspondiente al año 2000.

“En 2007 me vi obligado a actualizarlo, porque habían ocurrido hechos trascendentes, sobre todo en lo concerniente al coleccionismo institucional. Pero el tiempo siguió corriendo y no me lo acababan de publicar.

“Llegó el momento en que decidí retirarlo de ese lugar. Fue en 2010. Entonces lo presenté a Ediciones Matanzas, donde me lo aprobaron y finalmente publicaron. Por supuesto, antes de que saliera a la luz le hice una nueva actualización.

“Creo que esto ha beneficiado en cierta forma al libro, pues permitió completarlo más. A partir de estas añadiduras, me hubiera gustado trabajarlo un poco más, en su estructura, en el estilo. Pero ya no daba tiempo, no quería demorar más su aparición. Tenía que salir ya. El libro era necesario, no podía esperar más y ahí está.”

El coleccionismo en Matanzas recibió el Premio de la Crítica Orlando García Lorenzo 2011, otorgado anualmente por la Uneac en la provincia de Matanzas, a los tres mejores libros publicados por escritores residentes en este territorio.
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¿Ocultan poema de Piñera con influencia de Lezama?


La no inclusión del poema “La destrucción del danzante” en las principales antologías de Virgilio Piñera publicadas en Cuba, podría estar relacionada con el hecho de que ese texto presenta determinada influencia de la peculiar escritura de José Lezama Lima.

Así lo especula Roberto Méndez Martínez en un artículo que se da a conocer en las páginas de la Revista Matanzas, en su segundo número de este año, correspondiente a los meses de mayo a agosto, y dedicado por completo a la vida y obra de Piñera.

“La destrucción del danzante” se publicó originalmente en 1948, en la revista Clavileño. Cinco años después, Cintio Vitier lo incluyó en la antología Diez poetas cubanos. Sin embargo, Piñera lo excluyó de la antología personal La vida entera (1969), y Antón Arrufat, su albacea, tampoco lo incorporó al preparar La isla en peso (1998 y 2012). Arrufat, en el prólogo de ese volumen, plantea que el texto ha sido elogiado por “críticos despistados”, y Roberto Méndez cree que esto no es más que un estratagema para “que quien quiera volver a aproximarse al poema se sienta incluido en el molesto calificativo”.

“A estas alturas, no habría que ser crítico, sino un lector medianamente avisado para preguntarse ¿qué nos están escamoteando el poeta y su albacea?”, razona Méndez.

Más adelante valora que quizás todo se deba al deseo de ocultar su proximidad con el grupo Orígenes y su modo de hacer poesía, así como a una enunciación demasiado solemne de sus angustias, un tono que no tendría mucho que ver con sus futuras búsquedas expresivas.

Según afirma, “resulta evidente la cercanía de esta composición a la poética inicial de José Lezama Lima”, y es algo que se aprecia “desde el punto de vista del manejo del lenguaje —especialmente en el modo barroco de adjetivar— y en lo tropológico”.

Sin embargo, Méndez estima que no debiera existir motivo alguno para ocultar esta composición, sin lugar a dudas un texto de aprendizaje “donde se reúnen huellas variadísimas, no solo las ya apuntadas de Lezama”, sino otras como las de Federico Gacía Lorca, Eugenio Florit y Emilio Ballagas.

A su juicio, no aceptar esta obra resultaría imprudente, “sería mutilar su legado y olvidar páginas valiosas”, y a la vez constituiría un acto contradictorio, pues incluso hay otros poemas que también se encuentran marcados por la influencia lezamiana (“Elegía así”, “Los desastres”) y jamás fueron repudiados.

Doctor en Artes, poeta, narrador y ensayista, Roberto Méndez Martínez es miembro de la Academia Cubana de la Lengua.

En este nuevo número de la Revista Matanzas, se publican unos 30 textos ensayísticos, investigativos, periodísticos y poéticos en los que profundiza en la vida y en la producción literaria de Virgilio Piñera, dramaturgo, narrador, poeta, traductor...

Destacan las propuestas de Antón Arrufat, César López, Lina de Feria, Basilia Papastamatíu, Cira Romero, Amado del Pino, Vivian Martínez Tabares, Norge Espinosa, Cristhian Frías Rangel, Rober Altmann, Lourdes Arencibia, Dainerys Machado Vento, entre otros.

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Cartas desconocidas de Virgilio Piñera

Más de 100 cartas del escritor cubano Virgilio Piñera, apenas conocidas hasta la fecha, se encuentran listas para ser publicadas en un libro, según informó Roberto Pérez León, quien las ha compilado.

Resultan una muestra amplia de su intercambio epistolar con familiares, amigos y personalidades de la cultura, especialmente escritores, entre los que se encuentran Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Emilio Ballagas, José Rodríguez Feo y su compañero de estancia durante la etapa que vivió en Argentina, Humberto Rodríguez Tomeu.

“En labor que pudiera considerarse literalmente detectivesca”, las cartas fueron encontradas en su mayoría en instituciones públicas o fondos privados de Estados Unidos, Argentina y, por supuesto, Cuba.

“En estos momentos se realizan gestiones en una editorial cubana que ha mostrado interés por dar a conocer lo más pronto posible este volumen, que incluirá además notas, apuntes y otros documentos personales de Virgilio”, aseguró Pérez León.

Estas cartas se unen a las que este año fueron presentadas por Ediciones Unión en un libro titulado Virgilio Piñera, de vuelta y vuelta. Correspondencia 1932-1978, que se publicó en homenaje al centenario de este importante escritor cubano, y contiene cerca de 200 misivas, compiladas también por Pérez León.


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martes, junio 12, 2012

Leymen Pérez: “La poesía es lo único que puede salvar al hombre de sí mismo”


“La poesía es un modo de interpretar la naturaleza, la vida; es lo único que puede salvar al hombre de sí mismo, darle un sentido de ser”, afirmó el joven escritor cubano Leymen Pérez, tras ganar el premio de poesía convocado anualmente por la revista La Gaceta de Cuba.

“La poesía le permite al hombre encontrarse en armonía con todo lo que le rodea y desentrañar aquellas cosas que necesitan ser descubiertas y eternizadas por la voz interior que se expresa como una vibración”.

En Fatigas del trópico, el cuaderno por el que recibió este significativo reconocimiento, Leymen propone justamente una profundización en algunas zonas del ser humano, en algunas de sus agonías: la pérdida de su identidad y de sus valores, la miseria espiritual, la búsqueda interminable de una existencia mejor.

Integrado por nueve poemas, esta propuesta es, según el veredicto del jurado, “un conjunto sumamente orgánico en su estructuración, en su temática y en su poder de explayarse hacia zonas del lenguaje y la íntima nación; a la vez que muestra de una reciedumbre, concentración y tensión expresivas de singular madurez y eficacia”.

Leymen considera que este premio resulta fundamental “porque se trata de uno de los más prestigiosos dentro del campo cultural cubano; lo han recibido poetas de disímiles tendencias estéticas y generaciones, verdaderos referentes en la producción literaria contemporánea”.

Leymen Pérez García (Matanzas, 1976) ha publicado siete libros de poemas en diversas editoriales cubanas. En dos ocasiones anteriores obtuvo la Beca de Creación Prometeo, que en este certamen de La Gaceta de Cuba se entrega a autores menores de 35 años. También cuenta, entre otros, con los premios Calendario, Milanés, Hermanos Loynaz y Cauce.

En esta edición XVII del concurso, Jamila Medina recibió la Beca de Creación Prometeo por su cuaderno País de la siguaraya.  También se otorgaron menciones a Dos bicicletas y una mujer, de Israel Domínguez; La autopista cero, de Carlos Esquivel; Avestruces con distortion, de Alejandro Ponce; Himnario del destierro, de Karel Bofill; Coloquio con Ada Elba, de María Teresa Falcón; Versión de pastoral, de Juan Carlos Tabío; e Hilado de las máscaras, de Lázaro Castillo.

El jurado lo integraron Lina de Feria, Alfredo Zaldívar y Leonardo Sarría.

El resultado se dio conocer el viernes 20 de mayo en la sede la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. En esa oportunidad, también se presentó el segundo número de este año de La Gaceta de Cuba, que entre otros atractivos cuenta con un dossier dedicado al aniversario 50 de esta emblemática revista de la cultura cubana.
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Cartas de Mallarmé

La compilación de cartas de Stéphane Mallarmé que Ediciones Matanzas ha dado a conocer recientemente, resulta fundamental para entender aspectos esenciales de la obra de este escritor francés y, por supuesto, del decursar de la poesía moderna.

Así lo afirmó Alfredo Zaldívar, uno de los editores de ese libro que reúne más de 40 misivas que a lo largo de su vida Mallarmé le enviara a familiares, amigos y a diversos artistas e intelectuales.

Llaman la atención algunas destinadas a escritores de notable relevancia, como es el caso de Zola, Verlaine, Valéry, Claudel, Gidé y José-María de Heredia, así como un mensaje que Mallarmé borronera la víspera de su muerte y que se valora como su nota testamentaria.
El poeta argentino Rodolfo Alonso tuvo a su cargo la selección, la traducción, el prólogo y las notas de este libro, que se titula Cartas sobre la poesía.

Al preparar esta compilación, Alonso tuvo el acierto de escoger significativos textos que develan “sus originalísimas y peculiares concepciones sobre la poesía”, el hondo drama espiritual que el acto creativo implicaba en su caso, y todo esto matizado a partir de referencias a su vida cotidiana.

Alonso hace énfasis en el hecho de que son realmente escasas las cartas de Mallarmé con este tipo de reflexiones, lo que resulta más llamativo si se piensa que su correspondencia completa abarca doce gruesos volúmenes.
Publicado en Mar Desnudo

Hugo Hodelín, como ángel cierto

Al poeta Hugo Hodelín Santana se dedicó el espacio Como ángel cierto, que para reconocer la obra de importantes escritores y artistas de la provincia de Matanzas organiza la Casa de las Letras Digdora Alonso en este territorio.

En el encuentro, el escritor Israel Domínguez afirmó que como creador Hugo se concentra en las periferias, en los asuntos marginales, a los que aborda con ironía, con humor, descarnadamente.

Por su parte, el editor Alfredo Zaldívar hizo énfasis en el tono coloquial, conversacional, que marca la producción de Hodelín, quien hasta la fecha ha publicado los libros de versos El anciano, Confesiones de un poeta mientras cuida un parqueo y Reacciones adversas.

Zaldívar también se refirió a un hecho singular: la manera tan sugestiva con la que lee su poesía en público, “algo que se echa de menos en algunos poetas, y que puede considerarse una virtud”.

Hodelín confesó que tanto la lectura como la propia escritura de sus textos estaba identificada con la pasión, con la emoción más pura, y que quizás por eso resultara atractiva, lograra identificarse con los demás.

“Yo solo escribo sobre lo que siento, no puedo hacerlo de otro modo”, dijo Hodelín, quien mencionó además el interés que despertaban en él autores como Charles Bukowski y Vladimir Maiakovski, aunque insistió en su obra se diferenciaba de los modos de hacer de estos grandes poetas.

Posteriormente, Hugo leyó algunos de sus más recientes poemas y recibió el homenaje de instituciones culturales y personalidades de Matanzas.

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Polvo de hadas

La atractiva manera con que se acerca a la naturaleza fue señalada como una de las virtudes principales del volumen de poesía infantil Polvo de hadas, de Carlos Ettiel Gómez Abreu, que se dio a conocer en el espacio La arcada de papel, organizado por la Casa de las Letras Digdora Alonso, de la ciudad de Matanzas.

Al realizar la presentación del libro, la escritora Yanira Marimón expresó que la naturaleza es un tema recurrente en la literatura para niños, pero que en este caso había una perspectiva distinta.

“Su poesía, siempre rimada, cuenta con una música peculiar, con su ritmo interior, y además de ser ingeniosa, trabaja con fineza las imágenes; por otro lado, acude a diversas estructuras estróficas: la décima, la redondilla, el ovillejo, el sonetillo, el romance, entre otras”.

Este es el primer libro de Carlos Ettiel Gómez Abreu (Colón, 1978), quien formó parte del taller de autores para niños coordinado en la provincia de Matanzas por el escritor José Manuel Espino. Algunos de sus textos ya habían aparecido en revistas cubanas.

Polvo de hadas fue editado por Yanira Marimón. Las ilustraciones estuvieron a cargo de Abdel de la Campa, y el diseño lo hizo Johann E. Trujillo.

La arcada de papel, que se realiza con periodicidad mensual, es un espacio en el que se promueve la literatura para niños. Autores de este género presentan sus libros y comparten con los asistentes, por lo general vecinos y estudiantes del barrio de la Playa, en la ciudad de Matanzas, donde se encuentra ubicada la Casa de las Letras Digdora Alonso.

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El Guajiriquijote busca aventuras en el campo cubano


De las sin par andanzas del Guajiriquijote y su escudetero Calvipanzón (Gente Nueva, 2011), noveleta para niños del reconocido escritor cubano José Manuel Espino, hace coincidir en este libro dos homenajes singulares: a El Quijote, la universal obra de Miguel de Cevantes, y al imaginario campesino cubano de todos los tiempos.

Así lo afirma el autor de esta propuesta editorial, con la cual alcanzara en 2010 el premio La Edad de Oro, en la categoría de Leyendas y Tradiciones Campesinas, y el Premio de la Crítica Orlando García Lorenzo, otorgado anualmente por la Uneac en Matanzas.

“El Guajiriquijote y su escudetero Calvipanzón tienen obvia relación con El Quijote y Sancho; de hecho, en mi historia ellos emprenden también su aventura, pero en su caso es a través de nuestro campo. Como se puede ver, planteo en este sentido una perspectiva intertextual. Esto no se limita al Quijote. Parte de lo que le ocurre a ellos, los sucesos que viven, son recreaciones de las fabulaciones, de las leyendas rescatadas en las obras de Samuel Feijóo".

“Algo muy curioso es que los personajes centrales se inspiran no solo en el Quijote. Sucede que en Colón, la ciudad donde vivo, había dos poetas repentistas muy pintorescos, y muy quijotescos. Hasta llegaron a inventarse un lenguaje para ellos mismos. Decían, por ejemplo: guajiricafé, gallidespertador. Cosas así”.

Otra de las singularidades de este libro lo es, obviamente, el modo en que está escrito, muy fresco, jocoso, dinámico, y con la audacia de asimilar dentro de su estructura de noveleta otros géneros: leyendas, poemas, teatro y hasta recetas de dulces caseros.

El volumen fue editado por Esteban Llorach y cuenta con las logradas ilustraciones de Ceddi Valdivia.
 
Nacido en Colón en 1966, José Manuel Espino Ortega recibió el premio especial La Rosa Blanca, conferido por la Uneac. Ya ha ganado en seis ocasiones el premio La Edad de Oro, así como otros concursos entre los que se hallan el Ismaelillo, David y Pinos Nuevos. Tiene numerosos libros publicados, en los géneros de literatura para niños, y poesía y teatro para adultos.

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Enrique en la república de Labrador


Un notable aporte al estudio de Enrique Labrador Ruiz (1902-1991) lo constituye un libro publicado por Ediciones Matanzas, en el que se recuperan algunos fragmentos del complejo proceso de recepción de la obra de este imprescindible narrador cubano.

Enrique en la república de Labrador, como se titula el volumen, reúne acercamientos a la figura de Labrador Ruiz mediante artículos, reseñas, crónicas y entrevistas dadas a conocer en la prensa cubana, en las décadas del cuarenta y el cincuenta del pasado siglo, franja de tiempo muy significativa en su producción literaria.

El volumen, compilado por Rebeca Murga y Lorenzo Lunar, recoge en total quince trabajos, algunos firmados por escritores hoy muy reconocidos como Salvador Bueno, Gastón Baquero, Agustín Acosta, Marcelo Pogolotti, Fernando G. Campoamor y Heberto Padilla.

Son testimonios de la polémica manera en que Labrador Ruiz se impuso en la república de las letras cubanas y, a la vez, de los esfuerzos de la época para llegar a la verdad que había en sus tan insólitas propuestas escriturales.

Labrador Ruiz fue un caso inaudito durante la primera mitad del siglo XX. Un caso sin precedentes. Ya desde Laberinto de sí mismo (1933), su primer volumen de prosa, produjo consternación, debido a sus modos de concebir y hacer la literatura.

Entre sus obras también se encuentran las novelas Cresival (1936), Anteo (1940) y La sangre hambrienta (1950), así como los libros de cuentos Carne de Quimera (1947), Trailer de sueños (1949) y El gallo en el espejo (1953).

Enrique en la república de Labrador es el tercer volumen que han dado a conocer Rebeca y Lorenzo, los compiladores, para contribuir al rescate paulatino de la obra y del pensamiento en torno a la imprescindible obra de Enrique Labrador Ruiz.

Publicado en Mar Desnudo